En este artículo vamos a hablar de los diferentes aspectos relacionados con el tiempo dentro de una novela, que, junto con el espacio, es uno de los elementos clave para nuestra historia. Se trata del tiempo narrativo, que se refiere a cómo se maneja el tiempo a lo largo de una historia desde el principio hasta el final. En otras palabras, podríamos describirlo como la perspectiva temporal desde la que vemos la historia, y esto influye en cómo el lector la percibe y en el desarrollo de la trama.
Tipos de tiempos narrativos
El tiempo de narración se puede dividir en dos grandes grupos: externo o histórico, e interno. El tiempo externo o histórico se refiere a la época en la que ocurre la historia, ya sea un siglo específico, la época medieval, etc. El tiempo interno es el tiempo «real» de la vida de nuestros personajes, o sea, el que coincide con el desarrollo de los acontecimientos que forman la historia.
Esta elección, que obviamente depende del autor, permite que los personajes se muevan en diferentes planos temporales. Para que se entienda mejor, se puede hablar de la vida de cuatro universitarios que estudian Periodismo en cinco años, del 90 al 95, con lo que siempre entenderemos que el tiempo en que se ubica la historia es ese período. Pero el autor tiene el poder de contar la historia usando el tiempo que quiera, o sea, el tiempo de ese relato puede contener viajes al pasado, miradas al futuro, etc.
Así, hay que destacar que la narración puede transcurrir de diferentes maneras en lo que se refiere al tiempo. Podemos narrar en presente, de forma simultánea. Sería como ir contando las cosas a medida que suceden. También podríamos narrar en pasado, o sea, contamos hoy hechos que sucedieron antes. Estas dos son las formas más comunes, aunque a veces se usa una mezcla de ambas, algo que no es muy recomendable, ya que puede confundir al lector. La opción de narrar en futuro, por cierto, es muy poco común, salvo que estemos en una narración profética o que entre en terrenos de deducción o imaginación.
Tiempo histórico
Contexto en el que se sitúan los hechos.
Tiempo de la historia
Orden cronológico de los hechos.
Tiempo del relato
Orden en el que el narrador presenta los hechos.
El relato también contiene palabras que guían al lector. Se trata de conectores temporales que marcan el tiempo en que se desarrolla la acción a través de palabras que unen los párrafos. Es la forma más clara de hacerlo. Por ejemplo, que Mike salga de casa ahora, que luego se suba a su moto o que vea a una chica después de un rato. Son los recursos más básicos para saber cuándo suceden las acciones (estarían dentro del tiempo interno que explicamos antes), pero son fundamentales ya que pueden cambiar el curso de la historia.
Alteraciones temporales
Los tiempos también pueden diferenciarse según la historia se cuente de forma lineal, o sea, de principio a fin, siguiendo el orden clásico de comienzo, nudo y desenlace, o se haga con saltos temporales. En literatura, estas alteraciones temporales se llaman anacronías. Para que se entienda, es cuando el narrador se sale del tiempo presente para saltar a otro, ya sea al pasado, lo que se conoce como analepsis, o al futuro, llamada prolepsis.
La analepsis, que a menudo se llama flashback, es un recurso narrativo que puede, por ejemplo, dar información sobre el pasado de un personaje, sus motivaciones, o dar datos importantes que luego serán clave para que avance la trama. Se usa en el cine y la televisión (de hecho, la serie Lost, que marcó tendencia con la construcción de sus personajes a través de flashbacks, también innovó con un flashforward en el que mostraba imágenes de ellos ya fuera de la isla). Y así es como se conoce comúnmente a la prolepsis, en la que se aprovecha para adelantar elementos de la trama. De hecho, seguro recuerdan, por poner un ejemplo, que en la novela El conde de Montecristo de Dumas, el protagonista tiene un sueño en el que se le revela su futuro destino.
En resumen, esa interrupción en la secuencia cronológica de eventos para poner escenas de antes o después son recursos muy útiles para construir la historia. Además, cada uno de ellos, tanto la analepsis como la prolepsis, tienen subdivisiones interesantes como el racconto y el flashback dentro de la analepsis, mientras que la prolepsis incluye la premonición y el flashforward. Cada una de estas técnicas ofrece distintas maneras de explorar y presentar los hechos, añadiendo diferentes capas de significado y emoción a la historia.
1. Analepsis
a. Racconto: Abarca un período largo de tiempo, a veces varios años. Da mucha información y detalles sobre los sucesos pasados. Es común que empiece y termine claramente, dentro de la narración principal.
- Ejemplo: Una novela puede empezar en el presente, pero luego pasar varios capítulos contando la infancia y juventud de un personaje principal a través de un racconto, antes de volver al presente.
b. Flashback: Abarca un período corto de tiempo, generalmente un evento o una secuencia breve. Se centra en momentos clave que tienen un impacto directo en la narración presente y se pone dentro de la narración principal para luego volver al tiempo actual.
- Ejemplo: En un momento de tensión en una novela, un personaje puede recordar brevemente algo de su pasado que influye en lo que hace ahora, dando contexto y profundidad emocional.
2. Prolepsis
a. Premonición: Generalmente se presenta a través de lo que siente o percibe un personaje. Da pistas o indicios, pero a menudo de forma vaga o simbólica, sin detalles claros. Aporta un componente emocional y psicológico, afectando cómo los personajes interpretan y reaccionan a lo que creen que puede pasar.
- Ejemplo: Un personaje podría tener un sueño raro que sugiere un peligro futuro, influyendo en sus decisiones y comportamientos en la historia actual.
b. Flashforward: Muestra una representación clara y detallada de eventos futuros sin la subjetividad de una premonición. Los eventos mostrados suelen tener una estructura definida y dan información precisa. Se usa para dar contexto, generar anticipación o aclarar el final de eventos futuros.
- Ejemplo: El autor podría poner una escena al principio que muestra el final del personaje principal, creando así expectativas y curiosidad sobre lo que pasará para llegar a ese momento.
Gracias por dedicarnos su tiempo. Sin mirar atrás. Sin mirar adelante. Aquí y ahora.