En un mundo donde la inteligencia artificial puede escribir libros enteros en cuestión de minutos, la pregunta ya no es si la IA puede producir literatura, sino qué implica esto para la escritura como práctica humana.
¿Quién escribe cuando una máquina genera un texto? ¿Quién se apropia de esa voz? Y sobre todo, ¿qué se pierde cuando la literatura se reduce a un producto más dentro del mercado de contenidos?
📌 De la escritura como oficio al contenido como mercancía
En la era de la IA, la escritura parece bifurcarse en dos caminos. Por un lado, el escritor que transita su propio proceso, que se enfrenta al texto como un desafío, un espacio de exploración y subjetividad. Por el otro, la producción de contenido, una lógica que busca optimización, rapidez y volumen.
Las inteligencias artificiales no escriben, generan textos. Procesan datos, aprenden patrones y combinan frases con notable coherencia. Pero ¿se puede llamar literatura a un texto sin experiencia, sin una mirada personal, sin una historia que atraviese a quien la escribe?
Aquí es donde Mariano Montalbetti plantea su pregunta provocadora:
«Lo que no entiendo es por qué alguien le encargaría a una IA que haga literatura. ¿Por flojera, desgano, pocas ganas de trabajar?»
Escribir no es solo el acto de teclear palabras con sentido. Es un proceso de descubrimiento, de lucha con el lenguaje, de prueba y error. Como en el periplo del héroe, el escritor atraviesa desafíos, dudas, momentos de epifanía y frustración. Y en ese camino, algo se transforma: el texto, pero también quien lo escribe.
Si dejamos que la IA haga ese trabajo por nosotros, ¿qué parte del viaje estamos dispuestos a perder?
🤖 Una herramienta, no un reemplazo
No se trata de rechazar la IA, sino de entender su lugar. Puede ser útil como asistente, puede ayudar a corregir o sugerir estructuras narrativas. Pero el núcleo de la literatura sigue siendo humano.
Porque la literatura no es solo un texto bien armado. Es la marca de una subjetividad, la construcción de una voz. Y eso, hasta ahora, ninguna inteligencia artificial ha logrado replicar.