la poesía, la rara


Seguro sabés que hay varios géneros literarios, y no queremos abrumarte con un montón de clasificaciones, porque esa info, aunque útil, se encuentra fácil. Hoy queremos cumplir nuestra promesa de meternos juntos en el mundo de la poesía. Tranqui, no es tan complicado como parece, y seguro tenés más onda con ella de lo que pensás. En esta primera probadita, no te vamos a llenar la cabeza con conceptos que, si te interesan, podés encontrar en cualquier página o libro sobre métrica. Sí, métrica, ya sabés, esas reglas de cómo deben ser los versos y las estrofas, y su ritmo. Pero, insistimos, no queremos que te compliques con leyes ni que ningún corsé métrico te impida respirar. No queremos que te marees contando sílabas ni que te pongas a analizar sinalefas. Hoy no toca eso. Hoy solo queremos que te dejes llevar y que entiendas los beneficios de escribir y leer poemas.

El poema

Antes de darte recomendaciones concretas para que te animes a escribir un poema y dejar que las ideas y los sentimientos fluyan, te recordamos que un poema es, básicamente, un texto literario del género de la poesía, que puede estar en prosa poética o en versos y que, como te decíamos para que no te estreses, puede seguir la estructura de la rima y métrica tradicional o no.

En el fondo, lo que queremos contarte es sobre la comunicación, sobre expresar lo que sentís, sobre encontrar una forma de plasmar tus sensaciones, ya sean desapego, reflexiones sobre la vida, entusiasmo, angustia, alegría, enamoramiento… Casi cualquier cosa cabe en el universo de la poesía. La clave es que encuentres en ella tu espacio, tu refugio, tu lugar desde donde observar el mundo, o la orilla desde donde lanzás recuerdos que luego vuelven en las olas.

La musicalidad de la poesía

Primero, dejá de pensar que la lectura, y la poesía en este caso, es solo cosa del colegio. Los que solo se acercaron a ella en esa época, rara vez disfrutan un poema. Lo mismo pasa con los que creen que los poemas son odas raras que nadie entiende, llenas de referencias a la naturaleza, con las que es difícil identificarse. Lo curioso es que quizás sí se emocionan con una canción de, por ejemplo, un artista que les guste, canciones que tienen una estructura interna con su propia musicalidad. No por nada existen los poemas sinfónicos, que son composiciones musicales para orquesta.

Lo bueno, si breve, dos veces bueno

Disfrutá. Sentite libre. Un poema te puede alegrar el día, sobre todo en este mundo de frases rápidas, comentarios concisos, tuits, fotos de Instagram con frases motivadoras… El poema también suele ser un texto corto, así que se lee rápido. Eso sí, los buenos poemas guardan tanta belleza, información, enseñanza, dolor… en poco espacio que son como concentrados de pensamiento en formato breve.

La poesía sirve, entre otras cosas, para expresar los sentimientos de una forma distinta. Vas a descubrir las figuras literarias o retóricas a tu disposición para darle expresividad y belleza al texto: símiles, metáforas, repeticiones, personificación, hipérboles… y hasta humor o ironía.

Un poema no es algo cursi ni anticuado ni habla de cosas que nos obliguen a vestirnos de época. Esa imagen del poeta como alguien aburrido o triste ya quedó atrás, aunque, lamentablemente, muchos que no se acercan a este género todavía la tienen.

Análisis de un poema. Ejemplo práctico

Llegados a este punto, queremos mostrar un poema y analizarlo, viendo qué cosas interesantes tiene, qué componentes y qué nos sugiere, para que veas que se pueden usar metáforas interesantes, humor, juegos de palabras y otros elementos que pueden generar interés, una sonrisa o reacciones estimulantes.

Adoro cómo bailan las risas y los verbos;

cómo la luna descose las estrellas;

cómo riman tus caricias con mis miedos;

y va, paso a paso, mi boca tras tus huellas.

Me encanta cuando confiesas,

que entre tu calle y la mía

no existen pasos de cebra,

sino maravillosas estampidas

de bisontes enloquecidos

hacia un desfiladero inevitable

ése en el que se estrechan

y se amplían los suspiros

y tú insistes en que te hable…

y mordemos la manzana de la madrugada,

y dices que te vas, pero te quedas

porque ya no buscas nada

salvo perderte conmigo.

Adoro cuando me besas con tu mirada,

ese gesto que me conquista a diario,

cuando me das tus letras y yo mi palabra

y firmamos nuevos poemas con los labios.

Estructura

Primero, la estructura: tres estrofas, las dos primeras de cuatro versos y la del medio, libre, de trece. Como dijimos, hoy no nos centramos en métrica, pero destacamos la repetición (“adoro”) al principio de la primera y la tercera estrofa. Se buscó que haya un cierre que conecte con el inicio.

Contenido

Se ve una lista de momentos que le dan felicidad sentimental a uno de los dos de la pareja, quien escribe el poema, que describe, de forma lírica, lo que le gusta de su pareja. Acá vemos que quizás no es una pareja del todo consolidada porque aparecen conceptos como miedos, deseos, confesiones, indecisión al principio, comunicación no verbal. Todo esto, que empieza con una personificación (la luna con la cualidad humana de coser, en este caso descosiendo estrellas…), sigue para mostrar que el deseo es la clave del poema.

Elementos

Metáforas y símiles. La estrofa del medio habla, con metáforas, y ya superado el miedo, de no poner límites a un encuentro íntimo, donde el deseo toma el control (estampidas, desfiladero como destino al que va ese deseo generando el aumento de los suspiros, perderse juntos, etc… hasta una referencia a morder una supuesta manzana, que podría relacionarse con el pecado).

La idea del poema es ese deseo incontenible y una conexión con su pareja que no necesita palabras, algo que ya se veía al principio, con esa alusión a las risas típicas del comienzo de una relación, cuando el rubor, el deseo, los miedos y las ganas son lo principal. Además, se usan juegos de palabras, con recursos como “buscar y perderse”, se “estrechan y amplían”… todo para transmitir, a veces de forma contradictoria, cómo todo cambia con esta nueva realidad.

La imagen final es casi que ambos son letras que forman palabras, como si el poema lo escribieran con cada beso que se dan al mirarse, sin necesidad de juntar los labios. Los dos son versos que se mezclan, riman y se buscan con deseo en la hoja blanca de su imaginación.

En resumen, no hace falta la métrica estricta para que tu texto sea poesía, solo abrir la puerta de los sentimientos y dejar que salgan. Después irás mejorando cosas, agregando palabras, sumando nuevas figuras retóricas, pero, por ahora, dejate llevar y permití que las palabras jueguen entre ellas, bailen y se besen cuando nadie las ve.