Descripción
Accede aquí a los testimonios orales de cada uno de los veteranos
Las Malvinas, las islas que son y serán argentinas, fueron escenario del conflicto bélico que marcó a fuego la historia de nuestro país. La lucha por recuperar nuestra soberanía, aunque dolorosa y compleja, despertó en el corazón de cada argentino un profundo sentimiento de patriotismo y comunidad.
Jóvenes, muchos de ellos aún adolescentes, respondieron al llamado de la patria. Inexpertos, pero valientes, enfrentaron las adversidades de una guerra en condiciones extremas. Sus rostros, curtidos por el frío y la batalla, reflejaban la juventud interrumpida y el sacrificio por una causa justa y verdadera.
El 22 de junio de 1982, la ciudad de Mercedes y la Basílica de Luján se convirtieron en el epicentro de una emoción indescriptible. La llegada de nuestros héroes, los combatientes de Malvinas, fue recibida con fervor popular. Las calles se colmaron de gente que, con lágrimas en los ojos y banderas en alto, agradecía a estos jóvenes su entrega.
En ese momento, la fe y la esperanza se unieron en un abrazo colectivo. La Basílica de Luján, símbolo de nuestra identidad nacional, se convirtió en un santuario donde se elevaron plegarias por la paz y por aquellos que no regresaron.
Rubén F. Varela, Fotógrafo
Comenzaba abril de 1982. Un otoño tibio y soleado amodorraba dulcemente los mediodías. De pronto, una noticia sacudió violentamente los corazones y despertó al mundo entero: Argentina acababa de ocupar las irredentas Islas Malvinas. Una embriagadora y relampageante alegría se apoderó de todos los argentinos. Terminaban, de un solo golpe casi 150 años de despojo y humillación.
Pero el resto del mundo no lo entendió así. Las Naciones Unidas, la comunidad europea, los Estados Unidos hicieron sentir el peso de sus exigencias y sus autoproclamados liderazgos. Ordenaron el incondicional retiro de las fuerzas nacionales de aquellas islas que eran suyas por herencia y por derecho. Sanciones económicas, mediaciones de paz, aislamiento político y militar, la ira de los poderosos y, finalmente, el envío de la flota, armada hasta los dientes y apoyada por la nación mas fuerte de la tierra, ocupaban las primeras planas. Solamente muy escasas voces se levantaban en apoyo de los argentinos, voces latinoamericanas, voces débiles y sin peso político frente a la arrogante maquinaria de quienes pretenden regir el mundo. Argentina aprendió entonces que estaba sola y sola debía solucionar sus problemas, sin esperar otra cosa del resto del mundo que no fuera indiferencia o desdén.
Aquí en Luján estos hechos sirvieron para que ocho Lujanenses crearan una entidad denominada PAyS (Patria, Amistad y Servicio), una Asociación civil sin fines de lucro con claros objetivos nacionales y patrióticos. Fueron tiempos en que se mezclaban acontecimientos que nos hacían perder la capacidad de asombro. La selección de futbol estaba defendiendo en España el titulo mundial obtenido en 1978, el 11 de junio nos visito el Papa Juan Pablo II convocando en Luján una muchedumbre y trayendo un mensaje pacificador en los últimos días del conflicto bélico.
Y en Malvinas nuestros jóvenes entregaban su vida por la Soberanía Nacional. El 14 de junio terminó la guerra, los días siguientes fueron empañados en la incertidumbre e indiferencia, que desembocó en el fin de una dictadura que dejó una herida difícil de cicatrizar hasta nuestros días.
Y nuestros soldados regresaron un día al Regimiento de Mercedes y estaba ahí la máquina de Rubén F. Varela que registró ese hecho como tantos sucesos importantes ocurridos en nuestra ciudad en sus más de cincuenta años de trayectoria de este fotógrafo reconocido por su compromiso con la comunidad. Esas fotos quedaron guardadas y después de cuarenta años de la Gesta de Malvinas. Rubén pudo lograr los testimonios de aquellos soldados y plasmarlos en este libro. Es un homenaje para esos combatientes que fueron y volvieron y para aquellos que se quedaron en las islas o se fueron por el camino de la vida.
Norberto N. Donofrio
Presidente de PAyS
